La terapia cognitiva, un enfoque ampliamente utilizado en el campo de la psicología, tiene como objetivo principal trabajar con la mente para transformar patrones de pensamiento negativos y distorsionados que pueden estar contribuyendo a problemas emocionales y comportamentales. A través de la identificación y el cuestionamiento de estos patrones, los pacientes pueden lograr un cambio positivo en su forma de pensar, lo que a su vez impacta sus emociones y comportamientos.
La terapia cognitiva se basa en la premisa de que los pensamientos influyen directamente en las emociones y acciones de una persona. Durante las sesiones, el terapeuta y el paciente trabajan juntos para examinar y desafiar pensamientos automáticos y creencias arraigadas que pueden no ser realistas ni precisos. Este proceso puede abrir la puerta a nuevas perspectivas y maneras de ver el mundo, y a la posibilidad de reemplazar pensamientos negativos por alternativas más racionales y saludables.
Veamos un ejemplo: Imagine a Juan, un joven profesional que recientemente fue ascendido en su trabajo. Sin embargo, en lugar de sentirse orgulloso y satisfecho por sus logros, Juan constantemente se siente ansioso y preocupado por no ser lo suficientemente competente. A menudo se repite a sí mismo pensamientos como “No merezco este éxito, fue solo suerte” o “Pronto todos se darán cuenta de que no soy tan capaz como piensan”. Estos pensamientos negativos y autocríticos son ejemplos de lo que llamamos “pensamientos distorsionados”. Estos patrones de pensamiento distorsionado pueden tener un impacto significativo en las emociones y comportamientos de Juan. Debido a su creencia constante de que su éxito no es merecido, puede experimentar ansiedad y estrés constante. Estos sentimientos pueden llevarlo a trabajar más horas de las necesarias, evitar asumir responsabilidades adicionales o incluso tener dificultades para relacionarse con sus colegas. Además, la constante preocupación por ser descubierto como un “fraude” puede afectar su autoestima y bienestar general. A través de la terapia cognitiva, Juan tendría la oportunidad de trabajar con un terapeuta para identificar y cuestionar estos patrones de pensamiento negativos y distorsionados. Al explorar la evidencia que respalda y contradice sus pensamientos, Juan puede comenzar a desarrollar una perspectiva más realista y equilibrada de sí mismo y de sus logros. Con el tiempo, podría aprender a reemplazar pensamientos autocríticos por afirmaciones más positivas y constructivas, lo que podría llevar a una reducción en la ansiedad y una mayor autoestima. Además, adquiriría herramientas para manejar el estrés y las presiones laborales de manera más saludable y efectiva.
Es importante destacar que la terapia cognitiva a menudo se combina con la terapia conductual para brindar un enfoque integral de tratamiento conocido como terapia cognitivo-conductual (TCC). Mientras que la terapia cognitiva se centra en los patrones de pensamiento, la terapia conductual se enfoca en los comportamientos y acciones. Juntas, estas dos modalidades pueden proporcionar una visión completa de los problemas del paciente y ayudar a abordar tanto las causas subyacentes como las manifestaciones externas.
Para el paciente, la terapia cognitiva puede ser una experiencia de empoderamiento y autoexploración. A medida que trabaja con su terapeuta para examinar sus pensamientos y creencias, puede sentir un mayor control sobre su propia mente y emociones. El paciente también puede desarrollar habilidades para desafiar pensamientos negativos y reemplazarlos con perspectivas más realistas, lo que puede conducir a una mejora en el estado de ánimo y una reducción en la ansiedad, entre muchos otros beneficios. A lo largo de las sesiones, el paciente también puede aprender herramientas prácticas para manejar situaciones estresantes y desafiantes de manera más efectiva.
La terapia cognitiva no solo proporciona herramientas para abordar los desafíos actuales, sino que también equipa al paciente con habilidades de por vida para abordar futuros obstáculos de manera más saludable y adaptativa.
Hoy en día, la terapia cognitiva, como muchas otras psicoterapias, se lleva adelante de manera virtual o en línea. Las videollamadas, popularizadas durante la pandemia por COVID-19, permiten ver y escuchar, a pesar de no compartir el ambiente físico, y así llevar adelante las sesiones online.
En PSIQUI, comprendemos la importancia de encontrar el enfoque terapéutico adecuado para cada individuo. Nuestra red de profesionales altamente calificados está lista para diseñar un plan de tratamiento personalizado que se adapte a tus necesidades y objetivos. Si estás considerando la terapia cognitiva, la terapia conductual o cualquier otro enfoque, estamos aquí para brindarte información y guía en tu búsqueda.